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Por qué el Bullying va en aumento

A los que promueven el sistema capitalista no les interesa bajo ningún concepto que los adolescentes estén a gusto con ellos mismos. No les permiten ser auténticos. Lo que les interesa es que se generen una idea distorsionada sobre sí mismos para luego ofrecerles soluciones a sus males.

Es decir, los apartan de su esencia, después les generan la necesidad de sentirse bien con ellos mismos y, finalmente, les dan la solución al mal que les han generado. Las consecuencias de todo ello: adolescentes perdidos y apartados de su auténtica identidad, que se van convirtiendo en adultos insatisfechos y que, mientras tanto, necesitan acosar a otros para calmar su desconexión.

Pues bien, según las edades, utilizamos diferentes términos para denominar al acoso personal. En el caso de los adolescentes, es el acoso escolar o bullying, que como cualquier tipo de acoso va más allá de lo físico o lo psicológico. Llega hasta lo filosófico, pues lo que se acosa en última instancia es el ser. Y cuando esto ocurre, la vida en general, no solo la escolar, pierde sentido.

¿Quién padece bullying? Los y las adolescentes con baja autoestima, normalmente. ¿Quién lo infringe? Pues otros adolescentes con la misma problemática. ¿Por qué tienen todos esta baja autoestima? Porque están desconectados de su “Ser”.

Podría parecer que una chica, por ejemplo, con muy buenas calificaciones tendría que poseer buena autoestima. Si fuera así, cuando sus compañeras y compañeros la acosan, ella se mostraría fuerte y sólida, y no lo permitiría. Sin embargo, no es así. Ella ve que no encaja en un sistema donde destacar por su trabajo escolar la está apartando de la felicidad y del bienestar. Entonces, se genera una idea no positiva de sí misma, que debilita su esencia y su existencia (su filosofía) de forma considerable. A lo que hay que añadir que siempre habrá tres o cuatro compañeros que necesiten acosarla para sentirse bien, puesto que la idea que tienen de sí mismos tampoco es adecuada.

Todos, acosadores y acosados, están desconectados de su ser, cosa que a la sociedad y a la cultura les interesa mucho que pase, pues de lo contrario no venderían cuerpos ideales, inteligencias sublimes o apariencias perfectas, por ejemplo. También el entorno humano de los adolescentes influye de forma decisiva en su pérdida de identidad, pues no se les dice que sean, sino que sean de una determinada manera. No se les permite “ser” cuando, precisamente, están terminando de construir su identidad.

Independientemente del buen trabajo posterior que hacen psicólogos, psiquiatras, profesores y demás especialistas, es imposible erradicar el acoso escolar si no se trabaja a priori. Es decir, si desde que nacen no se evita que nuestros adolescentes se desconecten de su esencia.

Nos interesa, pues, que dejen de lado los modelos y las apariencias, y que se centren en ser auténticos. Desde su autenticidad se sentirán plenos, no necesitarán nada, su solidez existencial será fuerte y su autoestima estará sana.

¿Con una sana autoestima, disminuirían los acosadores, los acosados y el propio acoso perdería su fuerza?

 

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