Si entendemos por tolerancia el respeto por las opiniones y creencias de los demás cuando son diferentes de las nuestras, entonces parecería que lo más sano en esta vida sería ser capaz de derrochar tolerancia. Con esta actitud, nuestro crecimiento personal, profesional, sentimental, social o espiritual, por ejemplo, sería un crecimiento de alto rendimiento.
Pero, ¿cómo derrochar tolerancia en un mundo tan vacío existencial y espiritualmente? ¿Cómo hacerlo en un mundo cada día más aparente e hiperactivo? ¿Cómo alguien insatisfecho de sí mismo, de su propio Ser, y de sus pertenencias, de su Tener, puede derrochar tolerancia?
Y es que somos unos insatisfechos patológicos. Nunca estamos a gusto con lo que somos y tenemos. Lo único que nos interesa es el resultado, olvidándonos del proceso. Nos importa mucho más qué dirán los otros, que lo que diga nuestro yo auténtico. ¿Cómo podemos, pues, si quiera ser algo tolerantes si estamos filosóficamente vacíos de forma espiritual?
Por eso cada día aparecen más terapias alternativas que nos dicen que hemos de ser tolerantes. Ahora bien, ¿puede la tolerancia implicar superioridad? Claro que sí, puede que tolere porque tenga el poder de hacerlo o porque considere que mis creencias y opiniones son mejores que las contrarias, por ejemplo. Tolerar es muy sano si se hace desde la comprensión pero, ¿realmente comprendemos a los demás antes de pretender sentirnos comprendidos nosotros?
Yo que defiendo un sano individualismo, ¿cómo puedo hacer para ser un individualista que sea capaz de derrochar tolerancia? No tengo duda de la respuesta, pero me gustaría que te hicieras tú esta pregunta. Sé que estás leyendo esto y sé que si te gusta la paz y la armonía sabrás que solo es posible gracias a la tolerancia.
Te invito, pues, a que me respondas a esta pregunta sobre cómo ser individualista y tolerante a la vez, ya que nadie cuidará de ti en esta época y, además, has de vivir en sociedad. Te dejo mi correo electrónico para que lo hagas: jca@jcarlosarroyo.com
Como no lo vas a hacer, porque o no me conoces o piensas que sería una pérdida de tiempo o, peor aún, porque no sabes la respuesta y no quieres pensarla, te diré la mía. Como terapeuta filosófico y filósofo práctico que aplico la filosofía a mi vida y a la de quien me lo pide, te diré que la mejor forma de ser individualista y derrochar tolerancia a la vez es, por una parte, desarrollando de forma radical un sano espíritu crítico y, por otra, tener la actitud de ser un ciudadano moral que sepa unirme al otro como contrario que es a mí. Por tanto, cuanto más me tolere a mí mismo (individualista) más podré tolerar a los otros (ciudadano moral).
Para llevar a cabo estas dos máximas en mí mismo y en los demás es a lo que he venido a este mundo. Estoy seguro de ello, por eso no estoy vacío espiritualmente, porque sé cuál es el sentido de mi vida.
¿Y tú, sabes tolerar?