¿Sabes cuáles son las tres cualidades esenciales de tu relación de pareja?
Estoy seguro que si tienes, o has tenido, una relación sentimental de pareja, habrás pensado muchas veces cuáles son las cualidades en las que la basáis. Quizá habéis llegado, incluso, a identificarlas de forma clara y a comentarlas entre vosotros. O quizá no, quizá simplemente vais viviendo la relación y no habláis sobre esto.
En todo caso, las hayáis pensado y compartido o no, lo que a mí me interesa es arriesgarme a decirte las tres cualidades que me parecen esenciales para que una relación de pareja sea auténtica (Verdad), buena (Bondad) y bonita (Belleza). Es decir, fiel, ética y estética. Aunque estas no son las cualidades, sino la consecuencia.
En mi opinión, existen dos claves fundamentales para que tu relación de pareja sea auténtica, buena y bonita: una sana autoestima en los dos y admiración recíproca por el otro. Y, para que estas dos claves permanezcan siempre, os conviene hallar la base donde se asientan. Base que está formada por las tres cualidades esenciales a las que me estoy refiriendo, que son: amor, inteligencia y energía. O lo que es lo mismo, sentimiento, pensamiento y actitud.
Estas tres cualidades son, pues, la base donde se asientan las dos claves, que si conseguís que permanezcan en el tiempo, entonces lograréis que vuestra relación sea auténtica, buena y bella.
La primera cualidad es el amor. Hablar de amor es hablar de sentimientos positivos hacia ti mismo y hacia tu pareja, de cercanía física y emocional, de afectividad y cariño, y de aceptación plena de ti mismo y de tu pareja. De lo contrario, es imposible que haya una sana autoestima y, por tanto, no estará habiendo amor verdadero.
Pero no solo de amor se alimenta tu relación, sino que se han de dar dos cualidades más: inteligencia y energía. Ambos sois inteligentes si os autocomprendéis bien, si os comprendéis de forma adecuada entre vosotros y si comprendéis la vida que compartís. Aquí nada tiene que ver el dinero ni la profesión ni los estudios ni conocimientos ni nada de todo eso. Lo que ha de haber es comprensión. Para ello, la escucha, el respeto, la confianza y la justa valoración han de estar presentes en cada momento y de forma recíproca. Y es que, por ejemplo, si no os autovaloráis de forma adecuada ni lo hacéis entre vosotros, no habrá ni autoestima ni admiración.
Por último, la energía ha de fluir. Ha de haber una actitud positiva, proactiva y constructiva. Si hay bloqueos energéticos, no hay creatividad ni ilusión ni motivación. Postergáis las acciones, discutís, aparece la apatía, la desconfianza, la insatisfacción, el “mal rollo” o la ansiedad, por ejemplo.
Para terminar, si te crees esto que te acabo de decir, ¿te atreverías a hacer, sin autoengaños, una auditoría de tu relación sentimental en torno al amor, a la inteligencia y a la energía para ver si dicha relación es auténtica, buena y bella, y mejorarla, si lo estimáis oportuno?