Desarrollo personal y profesional

Pasión por la Filosofía

Allá por el 98 apareció la Filosofía en mi vida. Desde entonces, en todos los libros que he leído de filosofía siempre he leído algo de Atenas, de Sócrates, Platón o Aristóteles, por ejemplo.
Desde aquellas primeras páginas del Mundo de Sofía se coló en mi alma un sueño: Conocer Atenas físicamente.
Mañana me voy a pasar allí unos días, a cumplir uno de mis últimos sueños que me faltan por realizar.
Me acercaré hasta el ágora y caminaré por allí. Dejaré de pensar y solo imaginaré a Sócrates hablando con jóvenes. Después me iré hasta la prisión donde permaneció sus últimas horas de vida y lo acompañaré en su marcha. Luego, me sentaré en alguna piedra de la Academia, cerraré los ojos y escucharé a Platón hablar del mundo de las Ideas. Más tarde, haré lo propio en algún trozo de césped donde Aristóteles creó su Liceo y por donde paseaba con sus alumnos. Buscaré la Estoa donde Zenón creo una tal escuela filosófica: El estoicismo, de la cual Epícteto fue miembro. Al que buscaré para decirle que sin él mi vida no habría sido la misma. Recorreré la Acrópolis y me sumergiré en la vida de hace 2400 años, cuando una serie de personas empezaron a cuestionar a los dioses y creando a la que hoy es nuestra madre cultural occidental.
Mañana me voy a cumplir un sueño. Voy solo, es cosa mía, pocos más entenderían la importancia que tiene cerrar los ojos, suspender el juicio e imaginar. Me voy a sentir, a sentirme, a conocerme más aún. Es mi gran viaje y este es mi momento. Voy a encontrarme con mi más auténtica esencia.
¿Que pasa cuando el TENER el privilegio de poder conocer Atenas hace que mi SER sea de más calidad? Pues que tener y ser se juntan en mi interior.

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