Antes de comenzar a leer, si es que lo lees, me gustaría que escucharas de viva voz la canción “Pero a tu lado” de los Secretos. No tiene desperdicio. En ella encontrarás múltiples lecturas. Solo hace falta que abras la mente y la escuches bien, cosa que estoy seguro que sabes hacer. Y, si me permites una sugerencia, quédate con la que más se acerque a tu situación actual. Si esta canción te ayuda, tú también la habrás ayudado.
Lo que yo voy a hacer con ella es alterarla un poco, no mucho. Añadiré alguna cosa. Jugaré con las palabras, porque soy libre para hacerlo y porque me apetece. Soy hedonista.
Pues bien, el tema en cuestión comienza con: <<He muerto y he resucitado.
Con mis cenizas un árbol he plantado. Su fruto ha dado y desde hoy algo ha empezado>> Así es en mi caso y seguro que en el tuyo también. Y si aún no ha sido, no te relajes, tendrás tu momento. La vida es caprichosa. En mi caso, al menos, he tenido dos momentos en mi vida en los que he muerto. En el último he tocado fondo. Dejé de ser lo que hasta entonces era. Entré en un estado de resiliencia en el que mi existencia y mi esencia fueron deformadas muy seriamente, pero que me permitió ver la realidad de otra forma. En ese momento me tocó ser valiente y proactivo para salir de ahí (aún estoy en ello).
Y es que vivir es complejo y es para valientes, mientras que morir es fácil y es para mediocres. Hasta que me demuestres lo contrario, yo elijo qué hacer con mis cenizas. Yo elijo volver a mi lado y crear una nueva vida en la que seré feliz sin concesiones.
De ahí que Urquijo diga que: <<he roto todos mis poemas, los de tristezas y de penas. Lo he pensado y hoy sin dudar vuelvo a tu lado>>. Pensé y sentí que me tenía que decir a mí mismo que tenía que volver a mi lado, y actué en consecuencia. Ayudé al que había muerto, conseguí que volviera a brotar, a vivir, y este me ayudó a mí, pues me mostró el camino para hacerlo. Es decir, uní mi pensar con mi sentir y con mi actuar. Fui, por tanto, coherente.
Más adelante nuestro tema nos sorprende con: <<ya no persigo sueños rotos, los he cosido con el hilo de tus ojos y te he cantado al son de acordes aún no inventados>>. Así es. Ahora me toca reinventarme y no está nada mal que persiga mis propios sueños rotos, pero de otra manera. Me quedo con ellos, me genero unos nuevos y los persigo. Y mientras voy caminando para hacerlos realidad, voy creando nuevos acordes que hacen que vuelva a abrir los ojos para escuchar la música de mi nueva vida.
Por eso, cuando toqué fondo, cuando me ayudé a mí mismo y cuando soñé con una nueva vida, entonces, y solo entonces, es cuando volví a mi lado.
Te invito a que lo hagas. Vivir es bello…