Comenzamos este nuevo diálogo filosófico diferenciando responsabilidad por obligación de responsabilidad con libertad. Son dos cosas diferentes. Somos responsables absolutos de las consecuencias de nuestros actos y dichos si hemos obrado con autonomía, sin ser obligados.
No obstante, aquí comenzaron ya las discrepancias, pues hubo quien dijo que la responsabilidad es precisamente la que más limita nuestra libertad, ya que al prever las posibles consecuencias de lo que digamos o hagamos, quizá no hagamos esas cosas. De esta forma, la responsabilidad nos limita.
Ahora bien, ¿Quiere esto decir que la responsabilidad nos predetermina? ¿Lo hace en el ámbito personal o solo en el social?
Estuvimos dialogando bastante sobre si hay una clara responsabilidad social o si solo es algo particular. Por supuesto, existe la autorresponsabilidad, la responsabilidad con uno mismo. Esto que parece que todos la tenemos, no está tan claro. Hay muchas personas que no son responsables consigo mismas. Se puso el ejemplo de la persona que sabe que fumar le perjudica y, sin embargo, continúa haciéndolo. Son responsables de su irresponsabilidad.
También hay quien peca de hiperresponsabilidad excediéndose y cargándose con responsabilidades que no son suyas. Lo que nos llevó a dialogar sobre si la responsabilidad es un valor, una cualidad o un sentimiento. Desde luego, es algo positivo que se puede adquirir. La responsabilidad no se resiste al entrenamiento, sobre todo, si es un valor. Podemos ser más o menos responsables. En cambio, si es un sentimiento, o nos sentimos responsable ante algo o alguien o no nos sentimos. De esta forma, la responsabilidad estaría ligada a las emociones.
Algo en lo que sí estuvimos de acuerdo fue en que solo somos responsables de lo que nosotros hacemos o decimos directamente. Lo que los demás interpreten ya no es cosa nuestra. Como tampoco lo son los efectos secundarios que provoquen nuestros actos y dichos. Por ejemplo, yo puedo ser responsable de decirle a un amigo que su pareja le engaña, pero si este la deja, nadie nos puede hacer responsables de su decisión. Otra cosa es que nos quieran hacer responsables para así eludir su propia responsabilidad.
De todas formas, en la línea de Sartre, las personas estamos condenadas a ser responsables. Y, en este sentido, la responsabilidad nos indica que no podemos no pensar en los demás.
En cualquier caso, sabemos que somos responsables cuando sentimos que lo somos y este sentimiento viene provocado por la aceptación sin concesiones de lo dicho o hecho.
He ahí el tema del próximo café filosófico, el de abril, la ACEPTACIÓN.