La problemática TDA-H es algo que va en aumento. Cada día hay más niños y niñas despistados y activos. Algo que no sería un problema si esto no afectara a su propia autoestima.
La tesis del libro es que esta autoestima se puede fortalecer si nosotros como padres y educadores permitimos y potenciamos que nuestros hijos, estén diagnosticados con TDA-H o no lo estén, vivan de acuerdo a su propia identidad.
Su identidad es aquello que les apasiona, el potencial intrínseco que les impulsa a desarrollarlo. La filosofía aplicada a esta problemática permite entender que este Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad, puede ser un activo más que un trastorno. Para ello hay que tener claro que este activo puede llevar al niño a alcanzar altas cotas de autorrealización si vive de acuerdo a su identidad, a lo que mejor sabe hacer, a aquello en lo que es capaz de pasar horas en estado de flujo.