Desarrollo personal y profesional

Fluoxetina o filosofía

Ayer me explicó María esto en consulta sobre la Fluoxetina, el antiguo Prozac:
<<Dejé de tomar la pastilla y al cabo de poco tiempo comencé a sentir ganas de vomitar y mucha ansiedad. Era como si me comieran por dentro, como si tuviera alguien en mi interior. Caminaba y parecía como si se hundiese el suelo. Tenía hormigueo por todo el cuerpo, los labios dormidos. Mucho mareo.
Fue tomarla y enseguida se me fue la sensación de mareo. El efecto tranquilizador fue muy rápido, pero no soy yo. Me anula como persona, yo no soy así, anula mi ser. No me reconozco y soy consciente de ello. Ayúdame, por favor>>.
 
María está desconectada de sí misma. Está tan perdida que la ansiedad se ha instalado en su vida de forma muy considerable. Propietaria de un negocio, con gente a su cargo, que necesita tenerlo todo controlado para que funcione, o eso cree ella. También tiene dos niños pequeños y una pareja. Es decir, una vida familiar, no solo profesional.
La sociedad, en la que la farmacéutica que produce la Fluoxetina influye de forma decisiva debilitándola, es la que se encarga de generarle insatisfacción a María. Le dice que para ir bien ha de cumplir cierto modelo de vida. Las consecuencias ya las sabes: insatisfacción patológica que trae como consecuencia esa ansiedad.
María tiene dos opciones: Continúa confiando en las pastillas, esas que la anulan como persona y la drogan para que la ansiedad no aparezca, o confía en sí misma para que esa ansiedad desaparezca.
FluoxetinaAhora bien, María no puede dejar de tomarlas. Lo ha intentado y las consecuencias físicas que ha padecido son las descritas al principio del texto. Eso sí, fue tomarse la pastilla y ese estado desapareció en muy pocos minutos. ¡Ya puede intuir María lo que se está metiendo! Su cara lo decía todo.
Yo la expliqué lo que haremos a partir de ahora para que desaparezca la ansiedad sin necesidad de pastillas. Lo que pasa es que el resultado no es instantáneo, claro. Este ansiolítico antidepresivo amaga la ansiedad, pero no la elimina. Lo que yo la propongo, no amaga la ansiedad porque, si ella lo hace bien, la elimina definitivamente de su vida.
Para ello, necesita conectarse a si misma. Su nueva pastilla es la filosofía aplicada. Nada de teoría sobre filósofos y filosofías, sino que viva de acuerdo a su auténtica identidad y se deje de modelos impuestos por unos interesados que lo único que persiguen es que María esté mal y que no se acepte tal y como es. Están interesados en generarle insatisfacción. La filosofía está para que no se deje engañar y hay que decirlo muy clarito. ¡Ya está bien!
Y eso es lo que va a hacer María, de hecho ya lo está haciendo. Esos efectos que ella tuvo la semana pasada le han hecho ver de forma clara en manos de quién está su vida, de la Fluoxetina. Ella sola ha comprendido en sí misma al tener esos efectos, qué debe de ser lo que se está metiendo en su cuerpo y qué otras cosas está anulando de su interior.
Tú decides: Fluoxetina (antiguo Prozac) o un proceso de consulta filosófica.

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