Cafés filosóficos

Resumen café filosófico sobre arrepentimiento

Comenzamos esta nueva temporada dialogando sobre el arrepentimiento. En este nuevo café filosófico escogí yo el tema porque en el anterior comuniqué que era muy probable que fuera el último y, sin embargo, me arrepentí de esa decisión.

Si el arrepentimiento se puede considerar una anulación del compromiso, entonces este era el mejor tema posible, pues en el café filosófico anterior estuvimos dialogando, precisamente, sobre el compromiso.

En cualquier caso, desde el principio coincidimos todos en que el arrepentimiento es una toma de conciencia de que algo no lo hemos hecho todo lo bien que deseábamos. Es un cambio de criterio. Es, pues, una transformación del pensamiento y es algo que sentimos que hemos de hacer. Por lo tanto, en el acto de arrepentirse se juntan el pensamiento y el sentimiento. Acto que nos incita a actuar, a crecer, a evolucionar. Cosa que no ocurre cuando aparece el sentimiento de culpa, puesto que este nos juzga despectivamente paralizándonos.

Se dijo que los grandes arrepentimientos están causados, principalmente, por haber tomado decisiones o haber realizado acciones no auténticas, sobre todo, entre personas. Y el hecho de arrepentirse se da cuando somos capaces de aceptar que nos hemos equivocado. El arrepentimiento, por tanto, lleva consigo una aceptación que implica una mejora interior. No es solo pedir disculpas y reconocerlo, sino integrar ese aprendizaje y evolucionar. De ahí, que arrepentimiento no es remordimiento ni culpa.

Se comentaron casos de presos que se arrepienten y otros que no lo hacen. Estuvimos dialogando bastante sobre esto, pues son casos extremos y radicales donde la metafísica, el sentido de la vida, está muy presente.

También se mencionó que es mejor arrepentirse por algo que se ha hecho que por algo que no se ha hecho, aunque en cualquiera de los dos casos son decisiones que hemos tomado previamente. De ahí que en el arrepentimiento se dan tanto el pasado, como el presente, como el futuro. Es decir, nos arrepentimos en el presente de algo que ha pasado y que cuando lo hicimos se proyectaba un futuro incierto.

De igual forma, se dijo, que en ocasiones cuesta mucho arrepentirse. A lo que se aludió que seguramente es porque estamos convencidos que la intención que había detrás del acto o del mensaje era positiva y sana.

Para terminar, dijimos que según el existencialismo filosófico, el arrepentimiento da paso a una nueva existencia de más calidad humana. Y en este cambio existencial es fundamental respetarse tanto a uno mismo como a los demás. Y de ahí surgió el tema del próximo café filosófico: el Respeto, que haremos coincidir con el día internacional de la filosofía, el tercer jueves del mes de noviembre.

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